Lunes, 8 de septiembre

Arriba a las cinco de la madrugada para ir al aeropuerto. Allí nos hemos encontrado con compañeros de otras ONGs que también trajaban en el delta. El helicóptero un antiguo modelo ruso con espacio para unas veinte personas y cargo. Cuando las hélices han empezado a funcionar y nos hemos colocado los cascos se me ha encogido el estómago. Pero en cuanto hemos despegado ¿quién dijo miedo?, la sensación es muy diferente a la de volar en avión y el paisaje increible.

Después de una parada para dejar cargo hemos llegado a Thingungone a eso de las 10 de la mañana. Dos horitas de vuelo para un trayecto que por tierra y agua lleva dos días completar. La oficina es un edificio pequeñito de dos plantas, abajo un par de ordenadores y mesas y arriba esterillas sobre el suelo para dormir. Hablando con uno de nuestros compañeros nos ha contado cómo perdió a más de 40 familiares durante el ciclón. Casi todos nuestros compañeros de Myanmar tienen una historia parecida que contar. Es increíble el coraje que demuestran trabajando en la respuesta a la emergencia. 

Por la tarde hemos salido en barco a visitar varias comunidades y hemos estado en una distribución de alimentos. La ayuda llega y la gente aquí en estos momentos depende de ella para sobrevivir. Esperemos que la cosecha de arroz sea suficiente para este año y que puedan salir pronto al mar con sus barcos y redes reparados. 

No hay comentarios: