Sábado, 6 de septiembre


Ayer el despertador sonó a las 4 de la madrugada. Vuelo con destino Bagán, ciudad de templos milenarios y atardeceres increíbles. Es temporada de lluvias y a penas hay turistas. Me siento un poco Indiana Jones explorando templos con la ayuda de una linterna y viendo el amanecer y la puesta de sol en la más absoluta soledad. Eso sí, en lo alto de un templo, me encontré con dos madrileñas y una catalana que están visitando el país. Qué agradable charlar un ratito en castellano después de casi tres meses de inglés y tres palabras en Myanmar. 

No hay comentarios: