Esta tarde Thein Zaw, el director de livelihoods (el departamento que se ocupa de proporcionar una forma de subsistencia) me ha estado contando lo que supuso el ciclón para su departamento. Tengo serios problemas para entender el acento birmano, pero aún así ha sido muy interesante conocer de primera mano cómo se organizaron para distribuir alimentos y artículos de primera necesidad.
Save the Children lleva trece años trabajando en Myanmar y muchos de mis compañeros ya estaban aquí cuando el ciclón sucedió. A todo el mundo le pilló por sorpresa pero había que responder rápidamente a la emergencia. En cuanto la tormenta remitió nuestros compañeros salieron a terreno a evaluar la situación. Algunos pueblos habían desaparecido por completo. El ciclón arrasó con casas, campos de cultivo, los barcos de los pescadores, incluso con el ganado.
Las cifras oficiales dicen que el agua del mar inundó más de un millón de acres de tierras de cultivo y que más de 20.000 cabezas de ganado perecieron durante la tormenta. El agua alcanzó una altura de 7 metros así que los patos pudieron volar y los cerdos que no estaban atados nadar pero las vacas, cabras o pollos murieron ahogados.
Dos días después del ciclón ya había un equipo de Save the Children trabajando para distribuir alimentos a los supervivientes. La mayor parte de los supervivientes perdieron todo lo que tenían y dependen de la ayuda que reciben para sobrevivir. El equipo de Thein Zaw está trabajando para proporcionar a la población herramientas para que puedan lograr su propia subsistencia de forma que dejen de depender de la ayuda de emergencia. Recursos para poder comprar semillas y fertilizantes, para reparar barcos dañados y comprar redes nuevas, facilitan a los supervivientes una fuente regular de ingresos e incluso crear empleo para sus vecinos.
A veces hay tendencia a imaginar a la gente que recibe ayuda de emergencia como personas pasivas pero en realidad se trata de gente muy activa que están deseando trabajar y recuperar su forma de vida. Simplemente necesitan un empujoncito para hacerlo realidad.
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