Sábado 5 de Julio

Anoche tuve un ataque de pánico. A eso de las tres de la madrugada me desperté tiritando y mi cabeza no paraba de dar vueltas, qué hago aquí, no voy a ser capaz. Es mi primera experiencia en terreno y también en emergencias y supongo que eso unido a las 14 horas de viaje, las más de 24 horas sin dormir y haber forzado ayer la máquina desencadenó una montaña de pesadillas y miedos que salieron a borbotones. Como siempre cuando amanece las cosas se ven de otra manera y los fantasmas desaparecen delante de una tostada y un café.

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